Gracias a la investigación llevada a cabo por el equipo de Joe Potkay, se ha logrado diseñar un pulmón artificial capaz de respirar el aire ambiente, a diferencia del resto, que tiene las dimensiones aproximadas de uno natural.

Hasta el momento, este tipo de aparatos tecnológicos, sólo podían funcionar con oxígeno, por lo que requirian pesados tanques de este gas para respirar, pero gracias al equipo Potkay de la Universidad de Case Western Reserve, este impedimento ha sido suprimido.

Por desgracia, este importante avance en la ciencia y la tecnología, no estará disponible hasta dentro de una década, fecha en la que se comenzarán los ensayos clínicos.

Este hecho, además de dejarnos imaginar con un mundo en el que poder sustituir por órganos artificiales, los naturales que por un accidente o por el deterioro del tiempo ya no puedan realizar su función, también nos permite en un futuro la posibilidad de que los pacientes faltos de este órgano, puedan aumentar el tiempo que pueden seguir esperando a que les llegue su pulmón, una espera que suele alargarse bastante.